Una de las características de la escuela del s. XXI es que debe ser flexible. Con tanta innovación podemos perder el objetivo fundamental que son nuestros alumnos. Debemos pensar en ellos. Debe ser flexible porque tiene que adaptarse al contexto; escuela reflexionada desde el Equipo Directivo para lanzar a los alumnos al mundo. Tiene que tener capacidad en equipo. Deben escuchar a los demás, ver qué nos pueden aportar. Es importante la colaboración entre diferentes comunidades.
Debemos mirar el mundo del s. XXI para después, reproducirlo en el aula. Prepararemos a nuestros alumnos para un mundo global. Necesitan vivir en un mundo y adquirir una serie de competencias. Debemos pues ofrecérselas.
La clave del no retorno.
La clave de no retorno pasa por poner al alumnado en el centro. Como docentes, mostramos a menudo agobio, desvelos… El punto de no retorno es pensar en que todo esto merece la pena, motiva para cambiar. Tenemos la capacidad de mejora continua, de aprendizaje. Tener una visión clara nos va a llevar a querer cambiar ya que todo ello va a tener impacto sobre mis alumnos. Cuando el docente reflexiona sobre su práctica docente es cuando se avanza y ve todo lo bueno que hay en ese cambio.
Modelos educativos. Punto de inflexión.
No podemos seguir haciendo lo mismo en las aulas. Los alumnos necesitan que el docente sea diferente. Los cursos del INTEF han contribuido a buscar nuevos modelos. El docente debe reflexionar sobre su propia práctica docente. Siempre hay algo que cambiar. La formación en centros hace que entremos en contacto con otros profesores. Las redes sociales contribuyen a ello. Escuchar a los alumnos es fundamental.
Hay tres aspectos que afectan al aula: metodologías y recursos metodológicos, curriculum, evaluación. Tres factores: personalización, organización y liderazgo. Todas las decisiones en la organización deben ayudar a sistematizar los nuevos procesos pedagógicos. Todo esto es lo que va a ayudar a construir un nuevo modelo. Necesitamos un líder pedagógico, importantísimo para los centros.
Colaboración docente.
Somos mundo, dentro de cada claustro tenemos rocas con las que luchar día a día… Sobre todo, somos mar, abiertos a que entre aspectos nuevos en nuestras aulas. Intentemos meter a todos y colaborar. Cuando estamos en una escuela no podemos aislarnos, en un claustro todos nos complementamos. Conectemos ideas unos y otros. Busquemos fortalezas y tengamos en cuenta las debilidades. Es importante contactar con otros centros, hacer proyectos de colaboración. Hacer que nuestros alumnos obtengan una visión amplia del mundo, al que tienen que dar respuestas y soluciones.
¿Es posible un trabajo competencial en nuestras escuelas?
Es posible y muy necesaria una reflexión docente. Pero, definitivamente, sí se puede hacer.
El ABP permite introducir distintas estrategias metodológicas. El trabajo por proyecto nos favorece desarrollar muchas competencias. Los proyectos pueden llevar una necesidad de trabajar unas competencias u otras. Podemos entrenar las competencias. El portfolio es la clave para sistematizarlas. Integrado en ABP. es una herramienta eficaz. El alumno reflexiona sobre su propio aprendizaje.
Son indispensables. Están transformando el mercado laboral. La escuela no puede dar la espalda. Debemos dar soluciones, saber utilizarlas, como mejora, como un recurso más. Muchos recursos que estamos utilizando son digitales, reutilizables en muchos contextos. En nuestra práctica docente debemos saber utilizar las TIC. Cuando dejan de facilitar el aprendizaje, entonces hay que desecharlas. Si se puede hacer sin TIC, se hace sin ellas. Enseñar a los alumnos que los móviles tienen una potencia enorme. Dotemos de contendido. Son un medio, no un fin en sí mismo.
El gran reto es saber vincular la innovación tecnológica a la innovación pedagógica.
Otro colegio es posible.
Hola, te felicito por tu blogg, desde la presentación de bitteable he seguido tus trabajos, reconozco que sobre todo cuando tenía dudas de alguna tarea, gracias por tu implicación.
ResponderEliminarEva